Para que nuestra IDENTIDAD NO MUERA!!!!

domingo, 8 de febrero de 2009

Descripción histórica del apresamiento de Atahualpa en Cajamarca.


La entrada a Cajamarca -el 16 de noviembre de 1532- llenó de pánico a Pizarro y a sus hombres: ¿Qué podían hacer contra estos cuarenta mil guerreros, 167 aventureros hambrientos y extenuados por el agotamiento, desprovistos de armaduras, semidesnudos y casi muertos de frío?

Temerosos, en medio de la plaza, los españoles esperaron la aparición del Inca, que poco después hizo su ingreso desarmado y acompañado por un numeroso séquito de sirvientes, mujeres, sacerdotes, danzantes y músicos.

Inicialmente y en afán de aprovechar los conocimientos de los españoles, Atahualpa estableció una buena relación con Pizarro, relación que con el tiempo se convirtió casi en amistad; Atahualpa lo consideraba como un emisario de su rey, y como tal lo trataba; y al conocer que para los españoles el oro tenía un gran valor, ofreció, voluntariamente, obsequiarle a su rey un cuarto lleno de ese precioso metal y de otros tesoros.

En los primeros meses de 1533, las abundantes cargas de oro y de otros metales preciosos empezaron a acumularse en la habitación destinada para tal objeto, despertando la codicia de todos los españoles, especialmente de Almagro -que había llegado a Cajamarca con un contingente de doscientos hombres bien armados y frescos- quien empezó a planificar la forma de quedarse con todo ese oro, urdiendo para el caso la gran farsa de la heroica lucha en Cajamarca para capturar al Inca. De esta manera, ese oro, que era un obsequio de Atahualpa al soberano español, dejaría de ser tal cosa y se convertiría en rescate.

Se empezaba a fraguar la traición, los conquistadores sabían que de todo ese oro no les tocaría nada, y empezaron a urdir la farsa del rescate.

Sin tener quien lo defienda, Atahualpa fue capturado y encerrado en una pequeña habitación donde se lo mantuvo encadenado e incomunicado mientras llegaban las cargas de oro.

Al convencerse de que la ausencia del monarca había desmoralizado y desarticulado al imperio, para poder eliminar “con justicia” al único testigo de su traición, los españoles fraguaron en su contra un sainete con visos de juicio, en el que se le acusó y juzgó por todos los delitos posibles, ante estas acusaciones fue condenado a la hoguera.

Pizarro, que sin duda llegó a estimar a la inca durante los diez meses de su cautiverio, asistiría a sus honras y lloraría vistiendo el más estricto luto, más tarde al emperador Carlos V no le pareció bien que Atahualpa hubiera sido ajusticiado y mucho peor haberlo hecho sin su real conocimiento.


BIOGRAFÍA:

Historia del Ecuador;
Autor: Efrén Aviles Pino.
Historia del Ecuador
Alejandro Martínez Estrada

1 comentario:

CaRoLiNa dijo...

Existen muchos articulos sobre la muerte de Atahualpa, la cual me parece muy injusta, ya que lo acusaron de muchas cosas sin sentido.

La forma de proceder de los españoles con los incas era muy mala, ya que aplicaron medidas como el requerimiento que solo era beneficioso para ellos.

Para poder entender todo esto, hay que saber que los incas no tenían ni idea de lo que era un libro , lo que explica la actitud de Atahualpa frente al Fray.

Rumiñahui sabía que entregando o no entregando los tesoros a los españoles igual Atahualpa iba a morir.

Desde hace mucho tiempo ha existido ese sentido del poder, de aplastar a los demás.

Es hora de cambiar !!

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